A partir de una revista de IBM en la que se encaraba lo que ocurriría supuestamente en el Y2K, es decir el año 2000, Paola Parcerisa crea una obra estrictamente personal. Las revistas se llaman Think y así también titula Paola a los libros (¿o matrices de libros?), en los que vuelca su vida como mujer, como madre, como artista.
Todos los objetos que tienen para ella algún significado personal le sirven para decirse.
Todo está ahí, integrando tecnología y artesanía para lograr un resultado no solamente estético sino intensamente expresivo que llega profundamente.
Olga Blinder
Think, objetos instalados 1999
Comentario de Margarita Sánchez (*) sobre trabajos que plantean el problema de la identidad.
... Otros artistas bosquejan la identidad tomando como punto de partida vivencias propias de su género. A propósito, podría citar a la joven Paola Parcerisa quien también desarrolla parte de su obra desde aproximaciones al desnudo. En su obra Think (1999)- conformada por fotografías de escorzos, paisajes pintados y pétalos de rosa sobre papel hecho a mano-, la belleza del cuerpo sublima dolencias corporales y colma de resonancias poéticas los libros-objetos que llevan este título. En una locación más rebuscada, el baño del ISA, fragmentos de su cuerpo -casi irreconocibles, fotografiados y cosidos arbitrariamente conformando una cortina de baño- reaparecen en una obra 2000 de carácter participativo que convoca al público a colocarle título. ... (El Cruce: Sánchez, 2002, pag 31)
(*) Curadora de la Bienal de la Habana