El emblema nacional es impuesto desde un decreto oficial como suprema expresión de la identidad nacional, y se instituye como depositaria de proyectos políticos instaurados a través de la historia.
La bandera también representa el patrimonio simbólico y marca todavía para muchos el sentimiento de pertenencia a un colectivo, siendo además un reservorio de expectativas, es éste el sentido por el cual utilizo las banderas
Al intervenirla a través del procedimiento de corte de su superficie, dejando solo las costuras y uniones, vacío al objeto deshabitándolo. El ahuecamiento funciona como detonante de la memoria sensible haciendo visible lo ausente.
Si bien la utilización del símbolo patrio en mi trabajo empieza desde el tema de mi propia inmigración, abarcando asuntos como identidad, hibridación, desterritorialización, globalización, mestizaje; este dispositivo es utilizado también para poner de manifiesto otras cuestiones: la bandera como una imagen más del repertorio visual del arte y la vida, la sustitución de sus significantes y la crisis o ausencia de ideologías.
El montaje la separa de la pared y pone de manifiesto el espacio abierto en la bandera, las sombras adquieren importancia y recalcan la vigencia de lo anónimo en la bandera e insertan indicios sobre fronteras casi sin sentido.
“Bandera Vacía”, 2007, medidas variables.
Las banderas son los emblemas de las naciones decretadas por ley, la suprema expresión de la identidad nacional, pero además ellas representan emocionalmente el patrimonio simbólico sobre el cual buena parte de la subjetividad aun encuentra sustento, marcan todavía para muchos el sentimiento de pertenencia a un colectivo nacional, y es éste el sentido por el cual utilizo las banderas
La bandera es intervenida a través del procedimiento de corte de su superficie, quedando solo las costuras y uniones. La operación de corte vacía al objeto, deshabitándolo. El ahuecamiento funciona detonando la memoria sensible haciendo visible lo ausente.
Si bien la utilización del símbolo patrio en mi trabajo se detona bajo el tema de mi propia inmigración, abarcando así asuntos como identidad, hibridación, desterritorialización, globalización, mestizaje; este dispositivo es utilizado también para poner de manifiesto unas otras cuestiones: la bandera como una imagen más del repertorio visual del arte y la vida, la sustitución de sus significantes, y la crisis o ausencia de ideologías.
El espacio abierto en la bandera (su superficie, sustancia y capital) es donde todo fluye, por eso el montaje la separa de la pared, las sombras adquieren importancia ya que recalcan la frontera ya casi sin sentido, la vigencia de lo anónimo en la bandera.
Del 10 de junio al 21 de noviembre, 2007.
52 Exhibición Internacional de Arte, La Bienal de Venecia.
Territorios, Pabellón del IILA, Instituto Italo-Latinoamericano.
Ca´Zenobio, Dorsoduro 2596, 30123 Venecia.
Paola Parcerisa (Paraguay) trabaja con la bandera y el escudo de su país. Emblemas de las naciones, suprema expresión de la identidad nacional, patrimonio simbólico en el que buena parte de la subjetividad encuentra sustento, sentimiento de pertenencia a un colectivo nacional. Despojada de sus contenidos simbólicos, sin tela, sin colores, Bandera Vacía deja entrever sólo las costuras o uniones de sus colores. El ahuecamiento (como los envoltorios de Christo) actúa como detonante de la memoria sensible, ya que hace visible lo ausente y entonces habla del éxodo migratorio, de la búsqueda de trabajo, de la circulación globalizada, de la hibridación de los países, de la desterritorialización, de la ausencia de ideologías.
Irma Arestizábal (en el texto del catálogo de la Bienal)