Para la bienal “De ponta Cabeca” (2002) en Fortaleza y siguiendo los mismos parámetros utilizados en la intervención Re- Visión: la presencia del mar casi como un fantasma, una ilusión, un recuerdo que pretende despertarse en los transeúntes. Una otra intervención también se llevó a cabo en las paradas de metro y buses de media y corta distancia de la ciudad, me había llamado terriblemente la atención, las plazas de espera y parada de buses y los caminos recorridos por sus habitantes. Estas paradas estaban ubicadas al costado del histórico mercado y frente al uno de los locales donde se desarrollaba la bienal, allí era imposible rescatar la vista al mar, a pesar de estar en una zona alta y sólo a 8 cuadras de la playa, para poder evocar en la memoria la figura identitaria que constituye el mar en los ciudadanos, coloqué 248 caracoles de mar colgados en los asientos de espera, la interacción con la gente es la que determina el trabajo, ya que pretende despertar un recuerdo personal.